(Fundador del Budismo)
Siddhartha, el hombre que luego se convertirá en el Buda, nació en India, cerca de la frontera con Nepal, hace 2.500 años (~500 a.C.).
Su madre, la reina de un pequeño reino, antes de dar a luz tuvo un sueño. Soñó con un elefante blanco que le regaló una flor de loto, y luego el elefante penetró su cuerpo. Cuando se les pidió a los sabios interpretar el sueño, ellos predijeron que nacerá un hijo, que será un gran imperador o un hombre sagrado. Un día, él conquistará el mundo conocido, o bien se convertirá en un ser iluminado. Después de 10 meses, nació Siddhartha. A costa de eso, su madre muere 7 días después.
El Rey, mantuvo a Siddhartha encerrado en el palacio, con el objeto de cegarlo del sufrimiento humano y potencialmente escoja su destino de gran Imperador. A los 16 años, el Rey lo casó con su prima, atándolo aún más a la vida restringida del palacio. Rodeado de lujos, mujeres y placeres, vivía en un ambiente artificial por 29 años.
Finalmente Siddhartha no puede resistirse a la tentación de saber qué hay más allá de las paredes del palacio. Un día, le pide a su padre emprender una serie de viajes por el reino, a lo que su padre finalmente accede.
En el primer viaje, Siddhartha se encuentra con un hombre viejo. Le pregunta a su acompañante, ¿qué es esto? y le responde “Esto es cambio. Uno no siempre es joven.”
En el segundo encuentro ve un enfermo. Su acompañante le explica que esto nos pasa a todos nosotros. Siddhartha se da cuenta de que es algo universal.
En su tercer viaje, Siddhartha ve un cadáver.
Siddhartha queda impactado por las historias que había conocido, dándose cuenta de que él también está sujeto a ellas – envejecerá, se enfermará y luego morirá. Es entonces cuando se da cuenta de que esta es la realidad fundamental para los seres humanos – el tiempo y forma de nuestra existencia humana. Entonces la pregunta universal emergió frente a sus ojos: ¿Cómo toleramos la vida? ¿Cómo lidiamos con la impermanencia¿Cómo podemos liberarnos de la idea del sufrimiento que representa los cambios de la vida?
En su cuarto encuentro, ve un hombre que quiere escapar del sufrimiento del mundo. Era un sabio asceta. Luego de este último encuentro, el joven Siddhartha, padre de un hijo recién nacido, decide dejar atrás las murallas del palacio para entender la naturaleza del sufrimiento humano y encontrar una cura. Desiste de todas las comodidades, y se vuelve un mendigo, dependiente de la limosna ajena.
Por años busca aprender de la vida. Recorre la tierra durmiendo en el frío, en la lluvia, en lugares peligrosos e inhóspitos. Se encontraba sin la más mínima idea de cómo enfrentar el problema del sufrimiento, pero al menos conocía el problema.
En ese tiempo, la religión predominante de la India era la Védica, en la que el ciclo de nacimiento y renacimiento como sufrimiento era conocido, y los sabios ya estaban en la búsqueda de la liberación del ciclo. Siddhartha se encontró con muchos buscadores del escape, la mayoría intentaba a través de la meditación y la austeridad.
Siddhartha se hizo alumno de varios sabios del tiempo. Después de años de aprender las enseñanzas y las prácticas de meditación de sus maestros, no logró librarse del sufrimiento. Se dio cuenta de que estas prácticas llevaban la mente a estados de trance, constituyendo un escape temporal del problema, pero fallaban en generar un conocimiento para una solución permanente al problema.
Reanudando su búsqueda, Siddhartha se encontró con los ascetas. Entendió que el ascetismo es un escape del mundo físico. Como el cuerpo forma parte del sufrimiento en todas sus formas – nacimiento, enfermedad, vejez y muerte – tenía sentido de que desligándose de las necesidades básicas y abstrayéndose del cuerpo, podría penetrar profundamente en el espíritu, donde podría encontrar su respuesta. Después de 6 años, se dio cuenta que nada de esto había funcionado.
Su madre, la reina de un pequeño reino, antes de dar a luz tuvo un sueño. Soñó con un elefante blanco que le regaló una flor de loto, y luego el elefante penetró su cuerpo. Cuando se les pidió a los sabios interpretar el sueño, ellos predijeron que nacerá un hijo, que será un gran imperador o un hombre sagrado. Un día, él conquistará el mundo conocido, o bien se convertirá en un ser iluminado. Después de 10 meses, nació Siddhartha. A costa de eso, su madre muere 7 días después.
El Rey, mantuvo a Siddhartha encerrado en el palacio, con el objeto de cegarlo del sufrimiento humano y potencialmente escoja su destino de gran Imperador. A los 16 años, el Rey lo casó con su prima, atándolo aún más a la vida restringida del palacio. Rodeado de lujos, mujeres y placeres, vivía en un ambiente artificial por 29 años.
Finalmente Siddhartha no puede resistirse a la tentación de saber qué hay más allá de las paredes del palacio. Un día, le pide a su padre emprender una serie de viajes por el reino, a lo que su padre finalmente accede.
En el primer viaje, Siddhartha se encuentra con un hombre viejo. Le pregunta a su acompañante, ¿qué es esto? y le responde “Esto es cambio. Uno no siempre es joven.”
En el segundo encuentro ve un enfermo. Su acompañante le explica que esto nos pasa a todos nosotros. Siddhartha se da cuenta de que es algo universal.
En su tercer viaje, Siddhartha ve un cadáver.
Siddhartha queda impactado por las historias que había conocido, dándose cuenta de que él también está sujeto a ellas – envejecerá, se enfermará y luego morirá. Es entonces cuando se da cuenta de que esta es la realidad fundamental para los seres humanos – el tiempo y forma de nuestra existencia humana. Entonces la pregunta universal emergió frente a sus ojos: ¿Cómo toleramos la vida? ¿Cómo lidiamos con la impermanencia¿Cómo podemos liberarnos de la idea del sufrimiento que representa los cambios de la vida?
En su cuarto encuentro, ve un hombre que quiere escapar del sufrimiento del mundo. Era un sabio asceta. Luego de este último encuentro, el joven Siddhartha, padre de un hijo recién nacido, decide dejar atrás las murallas del palacio para entender la naturaleza del sufrimiento humano y encontrar una cura. Desiste de todas las comodidades, y se vuelve un mendigo, dependiente de la limosna ajena.
Por años busca aprender de la vida. Recorre la tierra durmiendo en el frío, en la lluvia, en lugares peligrosos e inhóspitos. Se encontraba sin la más mínima idea de cómo enfrentar el problema del sufrimiento, pero al menos conocía el problema.
En ese tiempo, la religión predominante de la India era la Védica, en la que el ciclo de nacimiento y renacimiento como sufrimiento era conocido, y los sabios ya estaban en la búsqueda de la liberación del ciclo. Siddhartha se encontró con muchos buscadores del escape, la mayoría intentaba a través de la meditación y la austeridad.
Siddhartha se hizo alumno de varios sabios del tiempo. Después de años de aprender las enseñanzas y las prácticas de meditación de sus maestros, no logró librarse del sufrimiento. Se dio cuenta de que estas prácticas llevaban la mente a estados de trance, constituyendo un escape temporal del problema, pero fallaban en generar un conocimiento para una solución permanente al problema.
Reanudando su búsqueda, Siddhartha se encontró con los ascetas. Entendió que el ascetismo es un escape del mundo físico. Como el cuerpo forma parte del sufrimiento en todas sus formas – nacimiento, enfermedad, vejez y muerte – tenía sentido de que desligándose de las necesidades básicas y abstrayéndose del cuerpo, podría penetrar profundamente en el espíritu, donde podría encontrar su respuesta. Después de 6 años, se dio cuenta que nada de esto había funcionado.
Un día, meditando a solas debajo del árbol Bodhi (ficus religiosa), su mente lo llevó a apreciar el milagro de la vida. Se dio cuenta de que no podía sostener tal realización si se moría de hambre. De un momento a otro, una mujer apareció con comida de ofrenda. En el momento en que Siddhartha aceptó la comida, le hizo un gesto a la vida. Entonces se dio cuenta de la importancia del Camino Medio. Se dio cuenta que los extremos no son el lugar donde hay que enfocar la atención. “Para calibrar la nota en una cuerda, hay que ajustarla medianamente. Ni alto, ni bajo, y sólo entonces hacemos bailar a los corazones de los humanos. Si se tensa muy poco, la cuerda no suena. Si se tensa demasiado, la cuerda se rompe.”
Siguió meditando, determinado a encontrar la cura al sufrimiento. Un día, algo increíble ocurrió: Cruzó las barreras de las apariencias, para ver lo esencial. Atravesó todo lo impermanente, para ver el centro de la existencia de la vida. Logró penetrar en los corazones de todos y cada uno de los seres vivos para distinguir el origen del sufrimiento. Entonces, un silencio profundo se apoderó de su consciencia, mientras la felicidad invadía cada rincón de su percepción. Una luz interior se encendió, penetrando al Nirvana, convirtiéndose en Buda – El Iluminado.
Luego de un año de meditación, Buda finalmente encuentra la forma de transmitir sus descubrimientos. En el Sermón de Benarés, Siddhartha comparte su visión acerca del origen y cura del sufrimiento, a través de “Las cuatro nobles verdades”. Sus enseñanzas son transmitidas oralmente por 400 años, hasta que se reúne el Primer Concilio Budista, para inmortalizarlas, enunciando las enseñanzas por escrito “El Dharma”.
Son estas enseñanzas las que constituyen la base del Budismo hoy en día. Son la fuente de conocimiento más fidedigna para el descubrimiento del Dharma, tal cual fue históricamente.
Siguió meditando, determinado a encontrar la cura al sufrimiento. Un día, algo increíble ocurrió: Cruzó las barreras de las apariencias, para ver lo esencial. Atravesó todo lo impermanente, para ver el centro de la existencia de la vida. Logró penetrar en los corazones de todos y cada uno de los seres vivos para distinguir el origen del sufrimiento. Entonces, un silencio profundo se apoderó de su consciencia, mientras la felicidad invadía cada rincón de su percepción. Una luz interior se encendió, penetrando al Nirvana, convirtiéndose en Buda – El Iluminado.
Luego de un año de meditación, Buda finalmente encuentra la forma de transmitir sus descubrimientos. En el Sermón de Benarés, Siddhartha comparte su visión acerca del origen y cura del sufrimiento, a través de “Las cuatro nobles verdades”. Sus enseñanzas son transmitidas oralmente por 400 años, hasta que se reúne el Primer Concilio Budista, para inmortalizarlas, enunciando las enseñanzas por escrito “El Dharma”.
Son estas enseñanzas las que constituyen la base del Budismo hoy en día. Son la fuente de conocimiento más fidedigna para el descubrimiento del Dharma, tal cual fue históricamente.