(las acciones tienen sus consecuencias)
El karma
El Karma es la energía trascendente de los seres vivos, que constituye una inercia natural. Esta energía es la razón de la inequidad humana, y de los seres vivientes. El Karma es producto de nuestras acciones en esta vida, al igual que en vidas anteriores. El Karma condiciona el punto de partida de nuestro próximo renacimiento, y actúa sólo mientras estemos en el Samsara (ciclo de la vida, muerte y renacimiento).
Un buen Karma, nos aleja del sufrimiento de esta y próximas vidas, mientras que un Karma malo, nos atrasa en el camino hacia el despertar, hundiéndonos en sufrimiento.
La ley del Karma, también conocida como “La Ley de causa-efecto”, es una de las ideas centrales del Budismo. Si bien era conocida en la India, mucho antes de la fundación del Budismo, fue el Buda quién le dio la forma como la entendemos hoy.
La forma más fácil de entender la acción del Karma es en la vida presente. Si tenemos un ladrón, que acaba de hacer un robo exitoso, su mente subconscientemente le enseñará que robar es justo, y le trae beneficios. Esto lo condicionará a ser más propenso a robar en el futuro. Sin embargo, los beneficios no lo harán feliz por mucho tiempo, e incluso en algunos robos le ocurrirán cosas malas. Esto lo condiciona al sufrimiento, sin que él lo sepa todavía. Ocurre lo contrario en el caso de una persona que hace una acción positiva. Entonces se podría decir que el Karma es el condicionamiento mental a acercarnos o alejarnos del sufrimiento.
El traspaso del Karma entre vidas ocurre a través de nuestros padres. El óvulo y espermatozoide proporcionan parte del Karma de nuestros padres, al igual que nuestros hijos heredarán parte del nuestro. Sin embargo, la vida no está predestinada a ser esclava del pasado, sino que ahora el timón está en nuestras manos, para mejorar o empeorar el Karma con el que viviremos y moriremos.
Las enseñanzas del Buda tienen como objetivo mejorar nuestro Karma.
Algunas curiosidades:
Algunos monjes afirman ser capases de ver sus vidas pasadas, mediante profunda meditación.
Hay personas que creen que los niños pródigo son otra manifestación del traspaso de conocimiento de vidas pasadas.
Un buen Karma, nos aleja del sufrimiento de esta y próximas vidas, mientras que un Karma malo, nos atrasa en el camino hacia el despertar, hundiéndonos en sufrimiento.
La ley del Karma, también conocida como “La Ley de causa-efecto”, es una de las ideas centrales del Budismo. Si bien era conocida en la India, mucho antes de la fundación del Budismo, fue el Buda quién le dio la forma como la entendemos hoy.
La forma más fácil de entender la acción del Karma es en la vida presente. Si tenemos un ladrón, que acaba de hacer un robo exitoso, su mente subconscientemente le enseñará que robar es justo, y le trae beneficios. Esto lo condicionará a ser más propenso a robar en el futuro. Sin embargo, los beneficios no lo harán feliz por mucho tiempo, e incluso en algunos robos le ocurrirán cosas malas. Esto lo condiciona al sufrimiento, sin que él lo sepa todavía. Ocurre lo contrario en el caso de una persona que hace una acción positiva. Entonces se podría decir que el Karma es el condicionamiento mental a acercarnos o alejarnos del sufrimiento.
El traspaso del Karma entre vidas ocurre a través de nuestros padres. El óvulo y espermatozoide proporcionan parte del Karma de nuestros padres, al igual que nuestros hijos heredarán parte del nuestro. Sin embargo, la vida no está predestinada a ser esclava del pasado, sino que ahora el timón está en nuestras manos, para mejorar o empeorar el Karma con el que viviremos y moriremos.
Las enseñanzas del Buda tienen como objetivo mejorar nuestro Karma.
Algunas curiosidades:
Algunos monjes afirman ser capases de ver sus vidas pasadas, mediante profunda meditación.
Hay personas que creen que los niños pródigo son otra manifestación del traspaso de conocimiento de vidas pasadas.